El éxodo de médicos argentinos que cruzan a países vecinos como Chile, Uruguay, Paraguay o Brasil a cubrir guardias que duplican sus ingresos, se ha convertido en un “fenómeno silencioso” que refleja la crisis del sistema sanitario y la inflación en Argentina.
En 42 meses, el gobierno del izquierdista Alberto Fernández acumula 491 por ciento de inflación y con el dato de junio superará el 500 por ciento.
En los últimos 20 años, el aumento de los precios minoristas roza el 23.000 por ciento. Sin embargo, el presidente Fernández asegura que la inflación es una situación autoconstruida por los argentinos.
Sin señales de pronta solución, hay médicos argentinos que están optando por el “trabajo golondrina”, es decir, viajan a países limítrofes u otras provincias cada dos semanas para tener empleos paralelos y sostener salarios ante la escalada inflacionaria del país suramericano.
Mendoza, Corrientes, Misiones, Salta, Formosa, y hasta Buenos Aires, son las provincias en las que el periódico La Nación acreditó este tipo de migración temporal.
Un caso emblemático es el Hospital de Niños de San Justo donde los profesionales iniciaron un paro para visualizar las condiciones en las que trabajan.
En hospitales, sanatorios, o a bordo de ambulancias, es continúa la referencia al agotamiento. El personal de salud no termina de recuperarse de la pandemia. Alrededor de uno de cada cuatro médicos dijo convivir con esa fatiga extrema, de acuerdo con una encuesta de la Agremiación Médica Platense el año pasado.
El médico residente Federico Frelich confirma horarios de trabajo de hasta 36 horas y con salarios por debajo de la canasta familiar calculada hoy en $437 dólares.
Mientras tanto, con el descenso de la temperatura en esta época, Argentina registra un brote de bronquiolitis, pero la guardia del Hospital San Justo está cerrada y con médicos que renuncian por falta de pago.
Como consecuencia, abunda la demora para conseguir turnos, los carteles que anuncian la reducción del horario de atención en distintos servicios y la suspensión de la oferta de ciertas especialidades “hasta nuevo aviso”.
En Mendoza, los profesionales convertidos en “médicos taxi”, no dudan en cruzar la frontera con Chile cada 15 días por un mejor ingreso porque con una sola guardia al mes en ese país ganan el doble que su salario en la Argentina.
En promedio, un médico argentino gana $500 dólares mensuales y en Chile el salario supera los $2,000 dólares. Ante dicha situación, los médicos argentinos están revalidando su título, según el cónsul chileno en Córdoba, Mario Arriagada.
El éxodo de médicos argentinos es alentado por estudios como el de la Universidad de Washington. Este asegura que en Chile, actualmente, hacen falta más de 11 mil doctores para atender las necesidades de la población. Por ahora existe 6 médicos para cada 10 mil habitantes.
Escucha el informe en el podcast localizado en la parte superior de este artículo.
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