Puntos destacados:
- En una declaración conjunta los Gobiernos de Latinoamérica condenaron enérgicamente la violencia desatada por grupos armados en Ecuador.
- La situación en Ecuador ha dejado hasta el momento una decena de muertos y disturbios en distintas partes del país.
- Desde Norteamérica, el subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado estadounidense, Brian Nichols, mostró la disposición de Washington a brindar asistencia al Gobierno ecuatoriano.
Los Gobiernos de Latinoamérica condenaron enérgicamente la violencia desatada por grupos armados en Ecuador, lo que llevó al joven presidente Daniel Noboa a declarar un conflicto armado interno y "la guerra contra los narcos".
Ecuador vivió una insólita jornada de vioilencia tras el anuncio de la aplicación de un Estado de Excepción en el país sudmericano, derivado de la fuga de uno de los mayores cabecillas criminales del país, los diferentes grupos delincuenciales tomaron calles y atacaron desde televisiones hasta universidades en Guayaquil y otras ciudades.
Las bandas criminales protagonizaron una rebelión sin precedentes, por lo que el gobierno de Daniel Noboa, autorizó a las Fuerzas Armadas para neutralizar a dichos grupos, muchos de los cuales figuran como aliados del Cártel de Sinaloa y los Chapitos.
El presidente Daniel Noboa enfrenta esta grave crisis de seguridad pública dos meses después de asumir el cargo. Dijo que su país se encuentra en estado de guerra contra los "narcos".
Las primeras reacciones surgieron de los países vecinos. Colombia comparte casi 600 kilómetros de frontera con Ecuador. A través de su cancillería, expresó su respaldo explícito a la institucionalidad democrática y al Estado de derecho del Ecuador.
Además, el ministro de Justicia colombiano, Néstor Osuna, reaccionó sobre el anuncio del presidente Daniel Noboa, de expulsar a 1.500 presos colombianos de su país ante la grave crisis de violencia que vive Ecuador.
Perú es el segundo país limítrofe con Ecuador. El gabinete de Dina Boluarte condenó enérgicamente los actos de violencia, subrayando que vulneran los derechos fundamentales de los ecuatorianos.
Además, Perú declaró bajo estado de emergencia toda sus más de 1400 kilómetros de frontera con Ecuador y decidió reforzar la vigilancia con contingentes policiales y militares, luego de la racha de ataques del narcotráfico en ese país, anunció el primer ministro peruano, Alberto Otárola.
Por su parte, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, adelantó en una entrevista la disposición del Gobierno de Javier Milei para enviar apoyo militar a Quito, considerando la lucha contra el narcotráfico como un “tema continental”.
Chile manifestó su deseo de que la situación se resuelva en el marco del Estado de derecho en Ecuador. El Gobierno de Gabriel Boric envió un mensaje de solidaridad y respaldo a las autoridades y al pueblo ecuatoriano.
Por su parte el presidente de Bolivia, Luis Arce repudió los hechos de violencia, expresando plena solidaridad y predisposición de apoyo para restaurar la tranquilidad en las calles de Ecuador.
Otros gobiernos de la región, como Costa Rica, Cuba, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Venezuela, se mantienen atentos a la situación.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, abogó por el restablecimiento del orden y la actuación oportuna de la Justicia contra los responsables.
Esta ola de violencia no es fortuita. Ecuador se ha convertido en el nuevo centro de la droga en América Latina. El crimen organizado ha aprovechado la inestabilidad económica, la debilidad del Estado y los cambios en las rutas del narcotráfico para operar allí a través de bandas locales. A ello se han sumado varios motines violentos en cárceles desde 2021.
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