Gobierno lanza programa para capacitar líderes comunitarios y religiosos sobre violencia doméstica

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Líderes religiosos y comunidades cultural y lingüísticamente diversas están en el centro de un nuevo programa de capacitación destinado a poner fin a la violencia contra mujeres y niños. Foto: SBS

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Líderes comunitarios y religiosos, de orígenes cultural y lingüísticamente diversos, están en el centro de un nuevo programa de capacitación destinado a poner fin a la violencia doméstica, un delito cuyas principales víctimas son mujeres y niños. El gobierno federal ha anunciado que proporcionará 3 millones de dólares en financiación para el programa que tendrá como objetivo aumentar la comprensión de los indicadores y cómo responder a las señales para brindar una ayuda efectiva.


PUNTOS DESTACADOS:
  • El gobierno federal destina 3 millones de dólares para un nuevo programa de capacitación dirigido a líderes comunitarios y religiosos para combatir la violencia doméstica.
  • La colaboración con líderes religiosos y comunitarios es crucial para proporcionar apoyo y orientación a las víctimas de abuso, especialmente en comunidades culturalmente diversas donde pueden surgir barreras lingüísticas y de confianza.
  • La psicóloga clínica peruana, Fabiola Bedón, explica que los líderes comunitarios y religiosos van a llenar el espacio entre los servicios de ayuda existentes y las víctimas. Además, advierte que deben estar muy bien capacitados para que el programa sea exitoso y pueda ampliarse.
"La violencia contra las mujeres comienza con la falta de respeto. Las excusas que ponemos permiten que crezca. Violencia contra las mujeres. Detengámosla desde el principio".

Durante años, anuncios publicitarios como ese han enviado un mensaje importante, pero como explica la ministra federal de Servicios Sociales, Amanada Rishworth, existe la preocupación de que el mensaje no esté llegando a todos.

“Las mujeres de orígenes cultural y lingüísticamente diversos tienen más probabilidades de sufrir algún tipo de violencia doméstica o sexual. Por lo tanto, está claro que necesitamos apoyar mejor a estas mujeres para que accedan a la ayuda. También sabemos que existen barreras para que estas mujeres accedan a la ayuda. Podría ser desconfianza en el gobierno, podría ser vergüenza o incluso podría ser una barrera del idioma", dice Rishworth.

El gobierno federal ha prometido 3 millones de dólares para un nuevo programa de capacitación después de que el Ministro se reuniera con líderes comunitarios y religiosos en el oeste de Sídney.

Su objetivo será brindar a esos líderes las herramientas para conectar a quienes enfrentan abuso con los servicios de apoyo existentes, así como aumentar el conocimiento y la comprensión sobre los indicadores de violencia doméstica.

El programa se considera esencial para los líderes comunitarios y religiosos, que a menudo son el primer punto de contacto para quienes sufren abuso en comunidades multiculturales.

El Secretario del Templo hindú Sri Karpaga Vinayagar, Vithyadaran Sarma, cree que es importante que esos líderes reciban las herramientas adecuadas para ayudar a su comunidad.

"No están calificados para tener un título como consejeros, pero son los que hablan con los miembros de la familia, reciben sus quejas, hablan sobre sus problemas familiares. Son como médicos. Cuando van al médico le hablan de sus problemas personales con el sacerdote y sentirán que su carga se ha reducido", explica Sarma.

En promedio, en Australia, una mujer es asesinada por su antigua o actual pareja cada semana, mientras que dos de cada cinco mujeres han experimentado violencia desde los 15 años.

En 2022, los gobiernos federal, estatales y territoriales se comprometieron a poner fin a la violencia contra las mujeres y los niños en una generación como parte de una estrategia nacional de 10 años.

La cofundadora de la Alianza de Mujeres Multiculturales, la profesora Supriya Singh, dice que cambiar esas estadísticas requerirá apoyo desde la base, porque actualmente es difícil encontrar financiamiento.

"Lo que tenemos son unas pocas organizaciones, fuertemente financiadas y muchos pequeños servicios culturalmente sensibles, que en realidad están luchando por conseguir financiación para mantener sus oficinas. Algunas de ellas han tenido que cerrar a pesar de que prestaban servicios muy necesarios", dice la profesora Singh.

Pero Rishworth dice que confía en que esta iniciativa sea diferente.

"Queremos llegar a los líderes religiosos y comunitarios que mucha gente acude en busca de consejo. Puede ser sobre relaciones, consejos para padres o simplemente para obtener consuelo. Por eso, asociarse con organizaciones sobre el terreno para esta capacitación es muy importante", explica la ministra.
Quien tenga éxito en implementar esta formación deberá demostrar la capacidad de trabajar con organizaciones locales en el terreno y tener la red de personas a las que necesitamos llegar.
Amanada Rishworth, ministra federal de Servicios Sociales
La psicóloga clínica peruana, Fabiola Bedón, explica que las comunidades de habla hispana, por lo general, son muy religiosas que tienden a frecuentar iglesias católicas y cristianas, y por eso sus líderes juegan un papel importante a la hora de ayudar a combatir la violencia doméstica.

"El sacerdote, muchas veces, es a quien recurren y le cuentan sus problemas. Es importante que esos líderes religiosos estén capacitados para orientar a la persona y ayudarla de la mejor manera en lo práctico y también deben estar muy enterados sobre los síntomas de violencia doméstica y los riesgos de acuerdo al problema emocionar y psicológico que cada persona esté presentando", dice Bedón, quien lleva más de 20 años trabajando con Victim Services NSW, el servicio público y gubernamental a las víctimas de delitos en Nueva Gales del Sur.

Bedón explica que las propias personas pueden identificar esos síntomas para saber si están siendo víctimas de violencia doméstica.

"Si una persona se encuentra a sí misma con que está cambiando mucho, con que está deprimida y que no le gusta lo que le gustaba antes, que no disfruta lo que le gustaba o que no puede dormir en la noche o que tiene síntomas físicos, debe preguntarse '¿qué me está pasando?', '¿cómo era yo antes?'".
Lo primero que hace un agresor es poner a la víctima en soledad, aislada. La violencia doméstica tiende a escalar. Si este problema se resuelve lo antes posible, puede haber un buen pronóstico. Si pasa mucho tiempo, puede desarrollar un desorden de pánico y de estrés postraumático.
Fabiola Bedón, psicóloga clínica.
La psicóloga clínica considera que para que el programa sea exitoso debe contar con una evaluación de sus resultados y una evidencia contundente de que ha funcionado.

"Para que funcione hay que capacitar a los líderes religiosos, a las entidades comunitario y a la personas que son primer contacto. Deben entender cómo funcionan los servicios que ya existen porque ellos van a llenar el espacio entre esos servicios y las víctimas para que puedan satisfacer sus necesidades de seguridad, emocionales, de terapia y financieras para poder escapar de una situación de violencia doméstica".

Si tú o alguien que conoces desea hablar sobre violencia familiar o doméstica, llama a 1800RESPECT al 1800 737 732 o llama a Lifeline al 13 11 14.

Escucha el podcast haciendo clic en el ícono de reproducción al inicio de la página.

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