El Mundial Femenino de Fútbol ha finalizado coronando a España como campeona tras derrotar a Inglaterra por 1 a 0 en Sídney. Sin embargo, el alcance y repercusiones del torneo podrían llegar mucho más allá del mero fútbol.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, delcaró que fue “la mejor y más grandiosa Copa Mundial Femenina de la historia”.
Tanto en Australia como en Nueva Zelanda donde se organizó el evento y en donde el fútbol no es el deporte más popular, los habitantes respondieron llenando los estadios y siguiendo masivamente los partidos por televisión o streaming.
La cifra promedio de espectadores que asistieron a los partidos de este Mundial superó los 30.000 espectadores, por partido.
En tanto, la venta de entradas llegó casi a los dos millones, superando al Mundial de Canadá de 2015 en casi 600.000 asistentes.
Las personas que siguieron los partidos por televisión y streaming también marcaron récords, por ejemplo, el partido de semifinal entre las Matildas e Inglaterra tuvo una audiencia de 11,15 millones de personas en el país, convirtiendo a ese partido en el evento más visto por televisión en Australia desde que se comenzaron a medir las audiencias en 2001.
La selección femenina de Colombia también marcó un récord de audiencia televisiva en su país atrayendo a más de 9 millones de espectadores para ver el encuentro con Corea del Sur.
Esta cifra representa un 300 por ciento más de televidentes que el anterior récord de espectadores para un partido de la selección cafetera femenina.
La polémica por el beso a Jenni Hermoso
Durante un momento histórico para la selección española, el presidente de la Federación Española de Fútbol decidió darle un beso no solicitado a Jenni Hermoso, generando indignación de los hinchas y varios grupos de la sociedad en las redes sociales, que calificaron el beso como un "abuso de poder".
Como resultado, Rubiales fue destituido e inhabilitado de todas sus funciones como jefe del fútbol español.
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