El drama persistente de las prácticas de conversión para las personas LGBTI en Australia

LGBTQI+ advocate Roe Johnson

LGBTQI+ advocate Roe Johnson Source: SBS

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Sobrevivientes de prácticas de conversión para personas LGBTI y defensores de los derechos de este colectivo, mantienen la esperanza de estar cerca de que se tomen acciones significativas para prohibir estas prácticas en las comunidades religiosas.


A medida que los legisladores estatales consideran nuevas leyes, los sobrevivientes advierten que la atención debe centrarse en reducir el daño, y no simplemente en implementar prohibiciones.

Criado en una familia anglicana ultraconservadora en Melbourne, Roe Johnson pasó su infancia escuchando que estaba roto.
Él explica que vivió bajo una ideología de represión, en la que se vio obligado a elegir entre su fe y su identidad de género.

"Mi historia realmente comienza siendo muy joven, siendo parte de un sistema familiar que estaba muy dominado y controlado dentro de una ideología religiosa. Un sistema muy conservador, controlador, del tipo: "esta es la forma en que debes vivir, esta es la forma en que debes ser". Cuando no me conformaba, mi familia se comportó ´conmigo de una forma muy extrema, y esto se prolongó durante mucho tiempo y fue realmente difícil."

Ahora con 49 años, afirma que luchó desde los tres años de edad hasta la mitad de su adolescencia.
The Christian cross
The report confirms religious conversion therapy and related practices are pervasive in many faith communities. Source: Supplied
Finalmente eligió "jugar el juego", reprimir quién era y, en sus propias palabras, pretender ser lo que su familia quería que fuera: un hombre cisgénero. O sea, un hombre cuya identidad de género concuerda con su género biológico.

"Dentro de un contexto religioso, te dicen esencialmente que no está bien ser quien eres, quién tú eres es algo roto, está dañado, quién eres es fundamentalmente defectuoso y no está bien. Entonces para mí el emsaje siempre era que tenía que ir  y hablar con el Ministro d e la iglesia, ir y hablar con el pastor de jóvenes o quien fuera, una persona supuestamente cariñosa que te dice: 'no, eso no está bien, no puedes ser así.

Roe permaneció en la iglesia, se casó dos veces y tuvo tres hijos.

Pero estaba lidiando con un trauma psicológico y espiritual, que según afirma un estudio de la Universidad de La Trobe en 2018 , podría afectar hasta el 10 por ciento de los australianos LGBTI +.

"No podía hacer que la vida tuviera sentido de manera adecuada, nada funcionó. Los trabajos no funcionaban, las relaciones no funcionaban... Las experiencias traumáticas de mi vida se basaron mucho en una ideología de quebrantamiento y una ideología de básicamente no estar bien ser la persona que soy."

Roe dice que le tomó años encontrar el lenguaje adecuado para hablar sobre el trauma que experimentó, una práctica de conversión generalizada pero sutil.

Necesidad de regulación civil para una “práctica” religiosa peligrosa

Ahora, Roe y otros defensores de los derechos de las personas LGBTI como Nathan Despott de Brave Network, están instando a los políticos a ver el problema como algo que va mucho más allá de la terapia formal.

“La mayor parte de lo que vemos ahora no sucede en el contexto de las prácticas formales. Ocurre en entornos informales, ocurre en pequeños grupos de la iglesia, sucede de manera encubierta y sucede en las relaciones que se dan en la pastoral religiosa. Por lo general, con líderes de la iglesia, pastores y ministros, pero también con otras personas. Entonces, en realidad no es algo a lo que nos referimos simplemente como terapia de conversión."

Después de años de llamar la atención sobre este problema, los gobiernos de los estados están comenzando a reaccionar ante el problema.
Two homosexual men holding hands.
The research reveals that LGBT conversion therapy remains a real problem in Australian religious communities. Source: AAP
Brave Network ha apoyado los esfuerzos del gobierno de Victoria para redactar un proyecto de ley que aborde el tema a través del derecho civil.

Las consultas han estado en curso durante los últimos cinco años, a medida que el estado intenta digerir y entender estos problemas.

Despott dice que espera que la próxima legislación en Victoria pueda suponer un buen estándar para que otros estados puedan replicarla.

"Sería bueno un Instituto de apoyo a los sobrevivientes a través de algún tipo de programa de reparación, que abordaría la transmisión de la ideología de conversión, que es la creencia de que las personas LGBTI + están rotas. Estamos examinando la necesidad de una regulación más estricta de este concepto nebuloso de cuidado pastoral, que es el contexto en el que  prácticas de conversión."

Queensland también está tomando medidas con un informe sobre una propuesta de ley que vence el 21 de febrero.

Según esa legislación, las personas que realicen estas prácticas de conversión, enfrentarían cargos penales y de cárcel si se les detecta ofreciendo terapias de conversión formales como terapias de aversión, psicoterapia o hipnoterapia.

Pero Despott advierte que leyes similares en los Estados Unidos han sido demasiado reducidas para ser efectivas.

"Esa legislación a menudo se ha visto como simbólica, pero en realidad no ha detenido la mayor parte del daño.”

Rechazo de las instituciones religiosas a la regulación

La legislación cuenta con el firme apoyo de organismos médicos como la Sociedad Australiana de Psicología, pero los grupos religiosos la están rechazando.

Christian Schools Australia y el Australian Christian Lobby, ACL, están firmemente en contra de las prácticas de conversión coercitivas.

Pero argumentan que cualquier prohibición podría evitar que los consejeros aboguen por su interpretación de la ética sexual cristiana.
Managing Director of Australian Christian Lobby Martyn Iles supports the Religious Discrimination Bill.
Managing Director of Australian Christian Lobby Martyn Iles supports the Religious Discrimination Bill. Source: AAP
Martyn Iles es portavoz del Australian Christian Lobby la ACL.

“No tiene ningún sentido el que yo o cualquier otra persona quiera deslegitimar sus historias, pero hay un sentido en  el que queremos decir, "bien, tal vez podamos aprender algo de sus historias", y de hecho podemos hacerlo. Pero al mismo tiempo, no nos da la plataforma para adoptar leyes que, efectivamente, evitaría que se pueda expresar la enseñanza cristiana básica", explica.

El experto en derecho constitucional de la Universidad de Monash, Luke Beck, no está de acuerdo, e insiste en que las leyes que se debaten no significan que las enseñanzas religiosas sean delito.

"Esto no significa que un estado esté intentando regular lo que los cristianos u otros grupos religiosos pueden y no pueden creer. Es simplemente una ley propuesta para regular los daños que podrían infligirse a las personas."

A medida que los estados van tomando más conciencia, Roe Johnson solo quiere que los políticos sepan que sus decisiones podrían salvar vidas.
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