Puntos destacados:
- El argentino Norberto Sassounian lleva 41 años conduciendo tranvías en Melbourne.
- Llegó a Australia en 1976 y dice que durante 7 años ha aplazado su retiro porque es feliz sirviendo al público.
- Asegura que la tecnología en los tranvías ha avanzado mucho en las últimas cuatro décadas. Antes los tranvías no contaban con puertas, calefacción y aire acondicionado.
Norberto Sassounian nació en el barrio San Antonio de Padua de Buenos Aires y durante los últimos 41 años ha trabajado como conductor de tranvías en Melbourne, a donde llegó en 1976 luego de haber trabajado en el sector público de su país natal.
En entrevista con SBS Audio, explica que decidió mudarse a Australia para buscar nuevas oportunidades.
"Estaba enojado con Argentina porque yo trabajaba mucho y no podía vivir con la plata que ganaba. Pensé que cualquier riesgo iba a ser mejor que lo que me estaba pasando. Apliqué a varios países y una semana después de ir a la embajada australiana me llamaron", explica el argentino de 74 años.
Foto: Norberto Sassounian.
"Mi corazón me llevó al tranvía. Apliqué y me llamaron rápido porque había mucho trabajo. Logré un trabajo permanente. Los tranvías era muy primitivos: no tenían puertas, ni aire acondicionado o calefacción, era una cabina muy pequeñita", dice.
Me gusta trabajar con la gente, me gusta servir al público.Norberto Sassounian, conductor de tranvías en Melbourne.
Durante más de cuatro décadas de trabajo, Norberto ha tenido la oportunidad de conducir todos los tipos de tranvías. Él explica que durante este tiempo la tecnología ha avanzado mucho.
"Cuando empecé, había una palanca para frenar y otra palanca pequeña para darle dirección al tranvía. Ahora tenés el denominado 'pedal del hombre muerto', hay unos sistemas hidráulicos muy buenos, hay calefacción y aire acondicionado. Hay más información para el público. Hay más tecnología", señala.
Foto: Norberto Sassounian.
"A mí sí me gusta ese cambio porque antes para cambiar una puerta tardaban 10 años, ahora pasa algo y lo arreglan. Tenemos una compañía que trabaja muy bien. Ayudan mucho a los conductores porque estábamos muy expuestos a las condiciones climáticas y a pasajeros problemáticos", dice.
El sueldo es bueno y es un trabajo seguro. Te tratan bien y te cuidan. Lo que necesites, lo tienes. Estoy muy feliz con mi trabajo. Estoy a punto de jubilarme y lo voy a extrañar mucho. Desde hace como 7 años que estoy por retirarme.Norberto Sassounian, conductor de tranvías en Melbourne.
Foto: Norberto Sassounian.
"Te acostumbrás a cuidar a la gente, a servir al público, a dar información constantemente. Yo no podría ser otra cosa diferente a conductor de tranvía. Estoy enamoradísimo de mi profesión. Hay un montón de cosas para ver porque cada día es una ruta diferente", dice.
Foto: Norberto Sassounian.
"Cuando yo comecé, ibas, aplicabas y salías con el trabajo. Nadie quería ser conductor de tranvías. El proceso era muy simple: hacías una prueba de matemáticas, una de inglés básico y el entrenamiento. Ahora es difícil, hay que tener un bien nivel de inglés y hay más pruebas, pero es un muy buen sueldo y si hacés horas extras te podés comprar la casa y tener un trabajo de por vida", asegura.
Foto: Norberto Sassounian.
"Si vos llegás tarde, el tranvía lo tienen que enviar para el depósito porque tu trabajo también es relevar a otro conductor. Es un problema. Hay muchas reglas a seguir y son muy estrictas. Por ejemplo, nunca podés tocar al tranvía que está adelante. Te echan del trabajo inmediatamente porque es peligroso. Un tranvía lleno lleva al menos 250 personas", dice.
Foto: Norberto Sassounian.
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