Día internacional de las religiones: en busca de la tolerancia

 Freedom of religion and secularism in Australia

Freedom of religion and secularism in Australia Source: Getty images

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Buscando motivar la tolerancia entre los individuos y las naciones, sin importar la religión que profesen y con el objetivo de eliminar todo tipo de conflicto a causa de las diferencias, se creó el día internacional de las religiones.


El día 19 de enero de 2020 se celebra el día internacional de las religiones. Esta celebración comenzó a desarrollarse en 1950 por iniciativa de la Asamblea Nacional Espiritual de la religión Bahai en Estados Unidos.

El día mundial de las religiones se realiza el tercer domingo de enero. Y si bien, en sus inicios este día se festejaba de manera local, cada vez más personas de todo el mundo se suman a esta conmemoración de la importancia de la religión.

La fe Bahai, desde donde surgió esta idea, es una religión monoteísta cuyos fieles siguen las enseñanzas de Baha'ullah, el profeta fundador de este culto. Los bahai creen en la unidad de Dios, la unidad de la humanidad y la unidad de la religión como una serie de revelaciones sucesivas.

Son justamente estas las ideas que subyacen en la búsqueda de una vinculación y entendimiento entre las religiones, es decir, que existe un único Dios que va revelando su voluntad a la humanidad de manera progresiva en la historia. entonces, según esta creencia, cada una de las grandes religiones del mundo fueron introducidas por los mensajeros de Dios, como: Moisés, Abraham, Krishna, Lao Tse, Buda Gautama, Zoroastro, Jesucristo, Mahoma o Baha'ullah. Cada religión constituye una etapa sucesiva en el desarrollo espiritual del mundo.

Quienes celebran este día mundial de la religión creen fervientemente en que existen principios espirituales compartidos entre los creyentes de las diferentes religiones del planeta y que estas juegan un rol fundamental en la unificación de la humanidad y en la armonía de todo lo creado.

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Source: Flickr/Matthew Fearnley/CC BY 2.0
Es importante comprender que el diálogo interreligioso, a diferencia del sincretismo, es la búsqueda de una interacción cooperativa, constructiva y positiva entre personas de diferentes credos y culturas. Este diálogo busca realizarse tanto a nivel individual como institucional.

El sincretismo, en cambio, es un intento de conciliar doctrinas religiosas diferentes que no necesariamente poseen una coherencia sustancial en los principios en que fundan su fe los creyentes.

El diálogo interreligioso, la celebración de iniciativas de vínculo entre los creyentes y el esfuerzo por encontrar principios compartidos entre las diferentes religiones del mundo, tienen como objetivo la promoción del entendimiento entre personas que creen en la existencia de una divinidad trascendental con la cual el hombre puede relacionarse y a cuya voluntad se somete.

Hans Küng, famoso teólogo suizo y participante del Concilio Vaticano II, ha elaborado una reflexión que bien refleja la importancia del diálogo interreligioso y de cualquier iniciativa que fomente la armonía entre las religiones del mundo:
No habrá paz entre las naciones sin paz entre las religiones. No habrá paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones. No habrá un diálogo serio entre las religiones sin estándares éticos compartidos.
Pero para que haya diálogo entre las religiones, también se requiere claridad respecto a los conceptos y creencias específicas, es decir, se requiere primeramente precisar qué se entiende por religión, para luego abocarse a un conocimiento más detallado de cada una de sus manifestaciones a lo largo y ancho del planeta, con la intención de establecer puntos en común que promuevan un diálogo sincero y fructífero.

Definiciones sobre el concepto de religión como aquella del teólogo Bernard Lonergan, la que dice que religión es un conjunto de experiencias, significados, convicciones, creencias y expresiones de grupos, a través de las cuales sus participantes responden a sus dilemas de autotrascendencia y relación con la divinidad, a pesar de su completitud, parece ser demasiado compleja e intelectual como para comenzar un diálogo llano que facilite un intercambio de visiones en religión.

Pero quizás una aproximación etimológica al término religión puede contribuir de mejor manera a establecer las bases para ese diálogo.

A pesar se que existen controversias sobre las interpretaciones etimológicas de la palabra religión, como todo lo que rodea a ese término, existen dos posturas mayoritarias que subrayan una actitud religiosa en este. El orador latino Cicerón ofreció en su libro De Natura Deorum la siguiente etimología: "Quienes se interesan en todas las cosas relacionadas con el culto, las retoman atentamente y como que las releen, son por eso llamados 'religiosos', a partir de la relectura", es decir, el hombre religioso es fiel a los deberes que ha contraído con Dios.

Más interesante aún es la propuesta del escritor latino Lactancio, quien en cambio, relaciona el término religión con "religare", es decir, una especie de unión o vínculo. Lactancio dice: "Obligados por un vínculo de piedad a Dios estamos 'religados', de donde el mismo término 'religión' tiene su origen". El hombre, en este caso, tiene una relación intrínseca con las potencias divinas a las cuales venera y se somete a su voluntad.
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Religions Source: Getty Images

Siguiendo la idea de Lactancio, los hombres religiosos están vinculados a Dios por naturaleza, desde su nacimiento o creación, y a su vez, están vinculados entre ellos y a todas las cosas creadas (por Dios), pues todos dependen de un ser superior y de su voluntad. Todos los creyentes, independiente

de su religión, veneran a Dios y buscan respetar sus preceptos. Como vemos, una semilla de diálogo y armonía entre los creyentes de diferentes religiones puede germinar a partir del mismo análisis de la palabra religión.

Muchas son las religiones y muchas también son sus diferencias y particularidades. Algunas de ellas afirman la existencia de un dios único, mientras que otras sostienen su fe en la existencia de múltiples dioses. Algunas afirman la inmortalidad del alma, mientras que otras creen en la reencarnación y también en la posibilidad de acabar con el ciclo de nacimientos y muertes. Algunas se consideran religiones reveladas, pues creen que una verdad divina nos ha sido transmitida por medio de un profeta o mensajero, mientras que otras no definen su origen según un mensaje ofrecido por la divinidad, sino que son sistemas complejos elaborados por hombres de extraordinaria sabiduría, y que reconocen igualmente la existencia de un ámbito divino trascendental.

¿A pesar de estas diferencias, es posible establecer entonces un diálogo interreligioso?

La gran mayoría de los líderes religiosos creen que sí y promueven diferentes instancias para que este diálogo se lleve a cabo.

El papa Francisco, por ejemplo, en su primera exhortación apostólica, llamada Evangelii Gaudium, se refirió al Evangelio y a la importancia del diálogo interreligioso. Asimismo, en diferentes oportunidades, ha recordado que las religiones ayudan al mundo a encontrar la paz, por lo que nunca deben ser manipuladas para favorecer la violencia.
Papa Francisco
Papa Francisco Source: Facebook

El año 2016, el papa Francisco realizó un video en donde promueve el diálogo entre las diferentes religiones, apoyándose en la idea de que todos los seres humanos son hijos de Dios y que el amor es un principio compartido por todos los creyentes del mundo.

Para que un diálogo interreligioso sea fructífero, es necesario contar con las condiciones para que tanto las creencias, como incluso la negación de la existencia en una divinidad, puedan manifestarse en libertad y seguridad. La libertad de culto es un aspecto esencial para que ese tipo de diálogo se realice sin ataduras ni bajo la amenaza de violencia.

Tan importante como la libertad de culto es también la tolerancia religiosa, es decir, la aceptación y el respeto por otras formas de vida, creencia, culto e ideas, así como la aceptación y el respeto por la no creencia en ninguna religión o divinidad.

Libertad y tolerancia son dos principios que no solo son fundamentales para un diálogo interreligioso, sino para cualquier diálogo amistoso que se pretenda establecer entre personas.

Las dificultades y problemáticas que se presentan para que este anhelados diálogo entre religiones pueda suscitarse justamente refieren a la ausencia de libertad de pensamiento y culto, como la intolerancia en la creencia de otros. Y el problema se hace más espinoso aún cuando son los dogmas de cada religión los que se enfrentan con sus verdades reveladas o establecidas.

Pues por lógica, si una religión está basada en una verdad revelada o establecida, y esa es verdad divina, entonces su puesta en duda o negación, directamente niega la propia naturaleza de verdad que esa misma revelación afirma.
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Source: Getty Images

¿Cómo entonces podrían dialogar y entenderse, por ejemplo, un creyente en un dios único, un politeísta y un ateo? ¿Cómo se pueden establecer puentes entre creencias o posiciones filosóficas tan distintas, que incluso se niegan entre sí en sus verdades esenciales?

Tal vez la respuesta no se encuentre necesariamente dentro de la religión, sino en la ética y los principios morales que las diferentes creencias comparten, e incluso el ateísmo. El imperativo categórico elaborado por el filósofo alemán Immanuel Kant, podría servir de ejemplo de cómo un principio racional de orden ético no dependiente de ningún pensamiento religioso o ideología, puede establecerse como principio de entendimiento común entre las religiones y también con el ateísmo.

Éstas son dos diversas formulaciones de aquel imperativo:

1. "Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta esta en ley universal. Obra como si la máxima de tu acción pudiera convertirse por tu voluntad en una ley universal de la naturaleza".

2. "Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio".

Como vemos, ambas formulaciones o mandamientos autónomos apelan al respeto por otras formas de vida, promueven acciones éticas virtuosas, incentivan la tolerancia y la libertad de pensamiento, pero lo más importante en este caso, es que exigen al hombre que su actuar sea motivado por el bien de toda la humanidad y no solo por intereses mezquinos o egoístas. El sentido del imperativo categórico kantiano podría ser aceptado como principio moral común para cualquier religión o pensamiento motivado por el bien general.

Así como este, también hay otros principios éticos y religiosos que son compartidos tanto por creyentes de diferentes religiones como por incluso no creyentes.

Los principios comunes, la voluntad de compartir, la protección de la libertad de creencia y pensamiento, la tolerancia a diferentes formas de vida y fe, sumados a una actitud abierta y constructiva, podrían ser los fundamentos de un diálogo honesto, abierto y positivo que ayude a promover la paz en el mundo. Ese fue y sigue siendo el deseo de quienes celebran este día internacional de la religión.


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