Los creadores de este nuevo producto eran conscientes de que su idea iba a crear opiniones polarizadas, tal y como cuentan al periódico El Correo, pero después de varios años de pruebas, catas y muchas conversaciones dieron con un proceso que según explican sus creadores, combina "naturaleza y tecnología".
Taig Mac Carthy, es cocreador de Gik Live, explica cómo lo elaboran: "Partimos de una base que tiene tanto uvas tintas como uva blanca. Entonces los juntamos y después utilizamos dos pigmentos para conseguir este color azul tan intenso. Uno de los pigmentos viene de la propia piel de la uva, y es la antocianina y es lo que extraemos de la uva y que después añadimos al vino", explica.
La iniciativa surgió de cinco jóvenes españoles que querían revolucionar algún sector. Después de dos años de investigación lanzaron su empresa en 2015 y ahora exportan a 21 países, con Estados Unidos como primer mercado y Francia en segundo lugar.
Aritz Lopez, cocreador del producto cree en el poder de innovar: "O lo amas o lo odias. Para nosotros tiene que haber hueco para todo porque cada consumidor tiene derecho de decidir si le gusta más un determinado tipo de vino o incluso una marca en particular. No consideramos que seamos una competencia directa contra el sector tradicional del vino. Simplemente nuestra intención era crear esta pequeña revolución adaptada a paladares nuevos".
Ahora sumaron vinos infusados con distintas variedades de té y la empresa espera terminar el año con una facturación de un millón y medio de euros.
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