Soñando con un hogar: “Quedarme en la calle es mi miedo de cada día”

El Club Uruguayo de Sídney detectó un problema de vivienda y aislamiento entre la tercera edad de la comunidad de habla hispana. Ahora quiere construir en sus terrenos un edificio con 208 habitaciones para las personas que no tienen dónde vivir.

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Elderly care in nursing home - doctor with patient. Source: Getty Images

El Club Uruguayo de Sídney detectó un problema de vivienda y aislamiento entre la tercera edad de la comunidad de habla hispana. Ahora quiere construir en sus terrenos un edificio con 208 habitaciones para las personas que no tienen dónde vivir.

Rosa García llegó a Australia a los 25 años el 7 de febrero de 1976. Estuvo casada 29 años y tuvo un niño y dos niñas, una de ellas nació con síndrome de Down y una fuerte dependencia. Rosa se dedicó a cuidarla hasta que murió a los 20 años. Después del fallecimiento el matrimonio se divorció y Rosa emprendió su vida como soltera trabajando duramente para mantener su independencia. Una depresión hizo que perdiera su hogar y ahora, a los 65 años, alquila una habitación en una casa compartida, con la incertidumbre de poder quedarse en la calle en cualquier momento.

“Conozco personas que viven en lugares como celdas o calabozos”

Jorge Filloy es un uruguayo de 84 años que llegó a Australia en 1972 empujado por la difícil situación política de su país. Su  talento pintando y dibujando lo ha hecho conocido dentro de la comunidad de habla hispana. Después de la muerte de su mujer tuvo que vivir en lugares aislados. Jorge explica que por problemas en la rodilla "no podía salir y tenía que estar encerrado". Ahora el secretario del Club Uruguayo de Sídney, Enrique Machiavelli, le alquila una habitación en un lugar bien comunicado por lo que Jorge se considera un “afortunado”.

"Hay personas que viven en lugares como celdas"

"Acá hay mucha gente solita"

Emilia Otero vino de Chile en 1974 con su esposo y sus dos hijos. Australia le dio cobijo en el momento en el que Chile atravesaba por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
A sus 72 años necesita trabajar media jornada como limpiadora para poder mantenerse.

Durante los 42 años que lleva en Australia ha pasado por momentos difíciles. Dos años después de que su marido muriera de cáncer, su hija desarrolló esquizofrenia y Emilia fue su cuidadora durante muchos años hasta que el gobierno se hizo cargo de ella. Esta chilena que nunca ha perdido la fuerza explica que tuvo que vender su casa para ayudar a su otro hijo que fue víctima de una estafa. Con 72 años Emilia tiene un trabajo de media jornada como limpiadora para poder mantenerse y pagar el alquiler de una habitación en una casa compartida.

"Tía Emilia" para la comunidad

Desde siempre trabaja ayudando a la comunidad latina y asegura que es muy consciente del problema de vivienda que sufre la tercera edad hispanohablante, afirma que “hay muchas personas con muchos casos diferentes y tristes, y a la vez con pobreza, porque el dinero no alcanza” y explica que mucha gente mayor  “no tienen dónde vivir” y que le llegan muchos casos, sobre todo de mujeres viudas que están  alquilando habitaciones en casas donde viven “con gente extraña”. Son mujeres que “no hablan inglés y están desesperadas por vivir con la comunidad”.

El proyecto, 208 habitaciones para los mayores sin hogar

El Club Uruguayo de Sídney es testigo de que muchas personas mayores de la comunidad latinoamericana y española no tienen una vivienda estable o que responda a sus necesidades de salud mental y/o física. Según cuenta su presidente, Washington Ávila, esto provoca "un problema de depresión".

El Club Uruguayo de Sídney quiere construir en sus terrenos un edificio de tres plantas con 208 habitaciones sociales para la personas mayores de habla hispana sin hogar. Se trata de una iniciativa que se basará en el trabajo voluntario de la comunidad y con el que no se busca obtener ningún beneficio.


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Published 27 July 2019 11:16pm
Updated 27 July 2019 11:18pm
By Anna Sagrista

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