El parlamento de Nueva Gales del Sur aprobó la ley que despenaliza el aborto, más de un siglo después de que se incluyera en el código penal del estado.
Hubo aplausos en la Cámara Baja el jueves cuando la Ley de Reforma de la Ley de Aborto de 2019 pasó su obstáculo final después de un debate maratoniano y semanas de protesta.
La ratificación se produce después de que la ley fuera aprobada el miércoles en la Cámara Alta por 26 votos a favor y 14 en contra. En un debate de 40 horas, se discutieron más de 100 enmiendas al proyecto de ley. Este ha sido el tercer debate más largo en la cámara de revisión del estado.
La llamada propuesta de “Reforma a la Ley de Salud Reproductiva de 2019” fue una iniciativa del legislador independiente Alex Greenwich y contó con el apoyo de colegas de varias formaciones políticas.
Ahora, una mujer puede solicitar un aborto a un médico registrado hasta las 22 semanas de gestación.
Pasado este tiempo, el aborto sería legal si dos médicos consideran que debe terminarse el embarazo en aquellos casos en que se puedan presentarse o se presentan problemas físicos, sociales y psicológicos.
Los médicos que se opongan a practicar un aborto por razones de conciencia deberán expresarlo a su paciente y referirla a otro médico que lo haga.
Al comienzo del proceso iniciado en la Cámara Baja, el ministro estatal de Salud, Brad Hazzard, recalcó que era “hora de cambiar” las leyes que sancionan hasta con diez años de cárcel la terminación del embarazo y hacer que éstas sean similares a las de otros estados y territorios.
Uno de los debates más controvertidos que se produjeron en la Cámara Alta, se dio por una de las enmiendas a la ley, que trataba de prohibir los abortos selectivos por motivos de sexo.
La enmienda, propuesta por el ministro de Finanzas, Damien Tudehope, fue rechazada. Con ella se buscaba prohibir las terminaciones en las cuales los médicos saben, o deberían saber de manera razonable, que el aborto se está realizando para la selección de sexo.
La enmienda proponía una pena máxima de seis meses de prisión por el delito.
La miembro laborista del consejo legislativo Penny Sharpe, que se opuso a la enmienda, dijo que aunque hay un problema mundial con respecto a los abortos selectivos por sexo, no había evidencia de que esto estuviera ocurriendo en Nueva Gales del Sur.
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