Irán liberó a la académica australobritánica Kylie Moore-Gilbert, que cumplía 10 años de cárcel por cargos de espionaje, a cambio de tres iraníes detenidos en el extranjero, informó la televisión pública este miércoles.
"Un empresario y (otros) dos ciudadanos iraníes detenidos en el extranjero (...) fueron liberados a cambio de la espía con doble nacionalidad que trabajaba" para Israel, informó el sitio internet de la emisora televisiva Iribnews.
El sitio de televisión estatal no da ninguna precisión adicional sobre el intercambio, pero exhibe un video en el que dos hombres son recibidos con honores por funcionarios y algunas imágenes de una mujer velada, que parece ser Moore-Gilbert, a bordo de un vehículo.
Puntos destacados:
- La académica Kylie Moore-Gilbert, fue liberada por Irán a cambio de tres iraníes detenidos en el extranjero.
- Moore-Gilbert es profesora de estudios islámicos en la universidad de Melbourne (Australia).
- La detención de la académica, que cumplía 10 años de cárcel por cargos de espionaje y negó ser espía, fue confirmada en septiembre del año pasado, aunque se cree que se produjo meses antes.
La detención de Moore-Gilbert, profesora de estudios islámicos en la universidad de Melbourne (Australia), fue confirmada en septiembre de 2019, pero su familia indicó que había sido encarcelada varios meses antes. Ella siempre negó ser espía.
En cartas salidas clandestinamente de la cárcel y publicadas en enero en la prensa inglesa, Kylie Moore-Gilbert escribió que pasó diez meses aislada, lo que "afectó gravemente" su salud.
La prensa iraní se refirió muy poco a su caso y las pocas informaciones disponibles sobre ella provienen de autoridades australianas, de su familia y diarios británicos o australianos.
Según el diario británico The Guardian, habría sido detenida en septiembre de 2018 en el aeropuerto de Teherán tras haber participado en una conferencia académica.
En las cartas publicadas en enero por The Guardian y el Times, decía que había rechazado una oferta de los iraníes para espiar a su servicio.
En uno de esos diez documentos manuscritos escritos en un persa rudimentario a las autoridades iraníes, expresaba su "rechazo oficial y definitivo" a la oferta de "trabajar con el servicio de inteligencia de los Guardianes de la Revolución", ejército ideológico de la República islámica, según ambos diarios.
"Nunca fui espía"
"Nunca seré convencida de modificar mi decisión", escribió. "No soy una espía. Nunca fui espía".
Explicaba también que le propusieron una alternativa durante la apelación: o una pena de trece meses de cárcel, lo que le facilitaba ser liberada, o una confirmación de su condena a diez años de cárcel.
Se sentía "abandonada y olvidada" y mencionaba en las cartas escritas entre junio y diciembre de 2019 que llevaba una existencia precaria y con privaciones, sin visitas ni llamadas, y frecuentes problemas de salud.
Firmando como "una presa política inocente", pedía ser trasladada a una sección general de mujeres de la cárcel de Evine, en Teherán, después de estar meses aislada en una pequeña celda iluminada permanentemente.
Finalmente fue trasladada a esa sección, donde frecuentó a la universitaria franco-iraní Fariba Adelkhah y la irano-británica Nazanin Zaghari-Ratcliffe.
Las detenciones de extranjeros, especialmente binacionales, acusados por lo regular de espionaje, aumentaron después de la retirada unilateral en 2018 de Estados Unidos del acuerdo internacional sobre el tema nuclear iraní y la aplicación de sanciones.
