Créditos de emisiones: Australia le hace trampa a la lucha contra el cambio climático

Australia dice que cumplirá con su compromiso de reducir los gases contaminantes que contempla el Acuerdo de París, pero utilizando los créditos de emisiones que ha ahorrado en los años anteriores. En este juego de números, el gobierno de Scott Morrison estaría lejos de lo prometido, tal y como lo señaló a SBS Spanish el español Pep Canadell, una eminencia mundial en materia de carbono que trabaja para CSIRO.

Scott Morrison Election Campaign

Prime Minister Scott Morrison hopes his jobs message will fire up Queensland voters. (AAP) Source: AAP

Una suma por aquí, una resta por allá. Esto que ahorré aquí lo paso para allá. Todo parece ser una “gimnasia administrativa retrospectiva” cuando se trata de lograr el objetivo de reducir las emisiones contaminantes en al menos 26 por ciento para el 2030, respecto a lo que se producía en 2005, tal y como se comprometió Australia en el Acuerdo de París de 2016.

El gobierno del liberal Scott Morrison, quien dirige al país que más carbón exporta en el mundo y que si se cuenta sus ventas al exterior de combustibles fósiles se sitúa entre los mayores contaminantes del planeta, asegura que sí llegará. Para esto quiere utilizar los créditos de carbono procedentes de la era del Protocolo de Kioto, conocidos como los "carry over credits".

Con este juego de números podrá contrarrestar o contrapesar el aumento de sus emisiones actuales y a futuro.

“En vez de hacer el 26 por ciento haremos la mitad de esto si es que podemos tomar el 'carry over credit' del Protocolo de Kioto”, dijo a SBS Spanish el científico de CSIRO, el español Pep Canadell, quien además es director ejecutivo del Global Carbon Project, un proyecto de investigación internacional para estudiar las interacciones entre el ciclo del carbono, el clima y las actividades humanas.

El juego de números

Para Canadell, los objetivos del Acuerdo de París para contener el calentamiento global en al menos 1,5 grados, son numéricos.

“No hay dos maneras de interpretar, solo una manera y el gobierno piensa que tiene el derecho de que si hicieron más de lo que debieron hacer en el acuerdo anterior, ésto debe tenerse en cuenta”, precisó el jefe de Océanos y Atmósfera en CSIRO.

Según un artículo del diario The Guardian Australia de octubre pasado, el gobierno australiano no tiene información de ningún país que esté utilizando los polémicos créditos de emisiones para cumplir con sus compromisos climáticos.
Australia siempre ha dicho que la responsabilidad es de los mayores contaminantes, sin mencionar a China, y aunque asegura que cumplirá el compromiso del Acuerdo de París, se niega a legislar respecto a cómo alcanzará los objetivos.

Lo que es peor, la Autoridad de Cambio Climático del gobierno ha recomendado que Australia debería reducir más sus emisiones para el 2030 al recomendar que ésta debería ser de 45 por ciento por debajo de los niveles de 2005 y no de 26-28 por ciento para limitar el calentamiento a menos de dos grados.

Se la llevó fácil en Kioto

Asimismo, los créditos que obtuvo Australia en el marco del Acuerdo de Kioto de 2008 eran fáciles de cumplir en comparación a las otras naciones porque el objetivo era de reducción en el aumento de sus emisiones, no de mitigación de las emisiones.

“Tuvimos trato especial ya que podíamos aumentar las emisiones. Es todo lo contrario a los otros países que las disminuían. Luego tuvimos el segundo, el otro compromiso del Protocolo de Kioto para 2020 y con eso fuimos capaces de hacer reducciones más grandes de lo que prometimos”.

“Pero es importante entender que lo que se nos pidió no era muy grande porque fuimos capaces de negociar”, agregó Canadell.

Australia entre los más contaminadores

El Índice de Comportamiento ante el Cambio Climático,elaborado por Germanwatch, el NewClimate Institute y Red de Acción por el Clima, presentado en el marco de la COP25 indica que Australia es el sexto país del mundo con peor desempeño en emisiones de GEI, eficiencia y políticas de cambio climático.

“Los expertos sostienen que la política climática nacional ha seguido empeorando: el Gobierno no tiene una política comprensiva de reducción de emisiones, tampoco de regulación de emisiones del transporte o planes de eliminación gradual del carbón”.

Incluso este año, el director del Instituto de Cambio Climático, Mark Howden, dijo a la agencia Efe que la emisión de gases contaminantes “aumenta de manera constante desde 2013 y la actual política mixta (de generación de energía) no está funcionando”.

Además de los científicos, miles de personas han salido a las calles para pedir políticas contra el cambio climático y a cambio el gobierno ha amenazado con fuertes sanciones a aquellos que bloqueen la producción del país con sus protesta.

La economía es primero

Pero el gobierno de Morrison se resiste a escuchar y defiende que la economía es primero. Incluso este año ha aplaudido el visto bueno a los trabajos de construcción de la mina de carbón Adani, en Queensland, que se convertirá en la mayor explotadora de este recurso del mundo.

Otro mandatario de la coalición Liberal-Nacional, el conservador Tony Abbott, ganó las elecciones de 2013 con una campaña contra un impuesto al carbono aprobado por los laboristas que gravaba con un 10 por ciento a los grandes contaminadores.

Por contra, Canadell como muchos científicos y sectores de la sociedad, especialmente los jóvenes, piden con urgencia una transición a las energías verdes. Este paso, consideran es fácil, por las grandes oportunidades y ventajas que tiene Australia.

Abbott admitió en su discurso de derrota, la noche en que perdió su escaño en los comicios de este año, que “cuando el cambio climático es una cuestión moral, los liberales lo tenemos difícil, pero cuando es una cuestión económica nos va muy bien”.


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Published 17 December 2019 2:53pm
Updated 12 August 2022 3:23pm
By Claudianna Blanco, R.O.

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