Australia encabeza la lista de los países más mortíferos por ataque de tiburones, a pesar de que los ataques de estos animales marinos disminuyeron por tercer año consecutivo. En 2020 se produjeron 57 mordeduras no provocadas en todo el mundo, en comparación con las 64 mordeduras de 2019 y las 66 de 2018, según el resumen anual publicado por el Archivo Internacional de Ataques de Tiburones de la Universidad de Florida.
Pero fue el año más mortífero desde 2013, con 10 mordeduras no provocadas que resultaron mortales, lo que supone una gran diferencia respecto a la media de cuatro al año.
Seis de las mordeduras mortales se produjeron en Australia, tres en Estados Unidos y una en las aguas de San Martín, en el Caribe, de acuerdo al estudio. Otros ataques se registraron en Fiyi, la Polinesia Francesa, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda y Tailandia, aunque sin consecuencias fatales.
Tres personas murieron en Australia Occidental, y dos en Nueva Gales del Sur y Queensland.
Los expertos de la ISAF confirmaron que los grandes tiburones blancos estuvieron involucrados en al menos 16 mordeduras no provocadas en 2020, incluyendo seis de las 10 muertes del año: cuatro en Australia, una en California y una en Maine.
Bull shark Source: Flickr/ume-y
Las cifras locales australianas del archivo de tiburones del zoológico de Taronga señalan que se trata del total de ataques más alto que los datos de la ISAF a lo largo de la década en Australia pero también mostró un pico de ataques mortales en 2020 en comparación con los años anteriores.
Gavin Naylor, director del programa de investigación de tiburones del Museo de Historia Natural de Florida, dijo que el alto número de muertes a nivel mundial en 2020 es probablemente una anomalía.
"Es un pico dramático, pero todavía no es motivo de alarma", dijo el experto al añadir que se espera “cierta variabilidad de año en año en el número de mordeduras y muertes. Un año no marca una tendencia".
De las restantes muertes, dos fueron el resultado de mordeduras de tiburón tigre, incluida la víctima mortal en Hawai, y dos no pudieron ser identificadas hasta la especie.
Los surfistas y otros atletas de deportes de tabla experimentaron el 61% de las mordeduras en todo el mundo en 2020, en comparación con el 53% en 2019 y 2018.
Todavía no está claro si los confinamientos por la COVID-19 y un año de escaso turismo pueden haber contribuido a un número bajo de mordeduras, o si el descenso refleja la dificultad de obtener datos durante una pandemia.
Aunque cada año queda un cierto número de casos sin confirmar y sin clasificar, esta situación se agravó en 2020, dijo Tyler Bowling, director de la ISA, al precisar que debido a que las fuerzas del orden, los forenses y el personal sanitario estuvieron centrados en la respuesta al COVID-19, pocos de ellos tuvieron tiempo para ayudar a confirmar las mordeduras de tiburón notificadas o proporcionar información adicional sobre los incidentes.
